En su réplica a la intervención de Santiago Abascal en la moción de censura, el presidente del Gobierno -refiriéndose al grupo de Vox- les espetó desde su pétreo rostro: «Ustedes son incompatibles con la verdad». Y nada más soltarlo, recibió tan rabiosos aplausos de sus entregadísimos secuaces que nos hicieron recordar a quienes calificaron esta moción de censura como una astracanada: género teatral disparatado debido al genio humorístico del gran Pedro Muñoz Seca. ¡Que salga con una acusación como esa, un tipo que puede pasar a la historia como el docto maestro de Pinocho es de traca y de astraca...nada! Un mentiroso patológico que afirmó públicamente que en Cataluña había habido un delito de rebelión y sedición, para negarlo poco después; o que no iba a permitir que la gobernabilidad de España descansase en partidos independentistas, o que no podría dormir si pactaba con Podemos, o que enfatizaba tropecientas veces que nunca pactaría con Bildu, etc., etc. Un tipo para el que la verdad es sólo algo reversible y manipulable según las circunstancias le favorezcan o perjudiquen. La acusación de ser incompatibles con la verdad, procediendo de Pedro Sánchez, es digna de ser introducida de matute en alguna obra de su tocayo Muñoz Seca, quien, por cierto, fue asesinado en Paracuellos del Jarama bajo otro Gobierno progresista (memoria histórica). «Incompatibles con la verdad» esputó quien se caracteriza por carecer de palabra y burlarse sin pudor de ella. Después de largar aquello, ya era capaz de decir cualquier cosa. Como así fue.