Sr. Director:
Con la amnistía a los delincuentes separatistas empeñados en robarnos Cataluña, nos han escatimado de nuevo otro decisivo debate mediante el penúltimo acto de trilerismo dialéctico que caracteriza a Pedro Sánchez, con la fervorosa colaboración de los medios de comunicación a su servicio, de sus ministros y acólitos, así como de la inmensa mayoría de militantes y votantes del PSOE. Todos ellos le hacen el corrillo actuando de ganchos y coreando el dónde está la bolita, en un trile que se compone de una dialéctica simplísima y de apenas dos pasos.
El primero consiste en la negación pública y absoluta sobre el tema en cuestión, diciendo que no está sobre la mesa de negociación y que por lo tanto nada hay que se deba comunicar, pero añadiendo amablemente que, en otro caso, el Gobierno será transparente y el primero que lo diga. Y el segundo y definitivo, es el de los hechos consumados: una vez tomada en secreto la decisión sobre el tema (que «no estaba sobre la mesa»), se comunica solemnemente que ya se ha cerrado el acuerdo por los legítimos representantes del pueblo, sin que quepa ya debate alguno porque éstos representan a la mayoría de la soberanía popular. Y quien ose cuestionarlo es un fascista. Punto final. O sea, que pasamos del «no está sobre la mesa», al «ya está firmado por los legitimados para hacerlo», ¡so fachas! Y de esta bonita manera, nuestro Pedrocho nos sigue clavando su creciente nariz hasta la bola. O hasta la bolita.