Sr. Director:

Europa sigue dando pasos hacia el mismo abismo en el que han desaparecido no pocas realidades culturales; entre otras, y quizá la más consistente, el Imperio Romano de Occidente.

El actual paso, promovido por Macron y compañeros de viaje ha sido el de presentar una proposición al Parlamento europeo para declarar el aborto como “derecho” y, a la vez, incluir un supuesto “derecho al aborto” en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

Europa, después de renegar de sus orígenes –el derecho romano, la filosofía griega y la Fe cristiana-; ahora, destrozando la familia y la vida de las futuras generaciones, parece renegar también de su futuro. Esta es la impresión que han dado los parlamentarios que han votado la proposición.

Aparte de la aberración que supone en sí mismo el aborto, al igual que el hecho de someter la vida de inocentes a votación, la noticia específica es que ha habido 324 votos a favor, 155 en contra y 38 abstenciones. Pero lo que no recordó la prensa es que el parlamento europeo está formado por 705 europarlamentarios, lo que significa que 188 de ellos han hecho como Pilatos: lavarse las manos y ni siquiera acudir a votar. ¿Por qué motivo no se presentaron a la votación?

¿Son estos los políticos que quieren regir Europa? ¿Hacia dónde la quieren dirigir? ¿Son políticos cobardes que huyen de defender la vida de las que serían las generaciones que darían vida a una nueva Europa? ¿Son políticos partidarios del aborto que han dado por hecho un voto favorable a la muerte? ¿No vamos camino del suicidio?