Sr. Director: Desde el primer día (cuando no se sabía ni su magnitud ni sus consecuencias) que saltó el escándalo, el ministro Soria viene repitiendo que no peligran ni las inversiones ni los empleos de Volkswagen. Pero eso no depende de él ni de la empresa, sino de que los consumidores sigan adquiriendo sus vehículos. Un gobernante incapaz de reconocer los problemas jamás podrá resolverlos. A. V.