Sr. Director:
Al término del viaje del Papa a Cuba, algunos medios de comunicación no tardaron en manifestar una velada crítica a Francisco, del que esperaban una neta condena del régimen castrista.
Aunque la visita a Cuba y Estados Unidos tenía un carácter eminentemente pastoral, se ha querido exigir al Papa una postura política, que para unos debería estar cuajada de anatemas, y para otros de elogios. Pero no ha sido así: el Papa se ha atenido a su carácter misionero destinado a fortalecer a los católicos, a los que ha convocado en Cuba a la "revolución de la ternura", así como a protagonizar la reconciliación.
En todo caso, lo que haya tenido que decir el Papa a sus interlocutores, ya lo ha dicho en los largos, pacientes y discretos encuentros, que han permitido el acercamiento histórico entre cubanos y norteamericanos.
Es absurdo pedir al Papa que eche ahora leña a los rescoldos de esos cincuenta años de distanciamiento que han caracterizado las turbulentas relaciones entre los dos países.
Domingo Martínez Madrid
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14/12/24 15:00