Sr. Sánchez, si usted insulta a un partido político reconocido, cualquiera que sea, insulta a sus votantes
Sr. Director:
Como estaba bordeando la línea roja y andando sobre la cuerda floja, su soberbia no le dejó ver que tarde temprano, más bien esto último, le llevaría a caer en la felonía. Por otro lado, al haber conseguido el poder apoyándose en quienes se han rebelado –sí rebelado– contra la autoridad de la Nación toda, a quien representa y se supone gobierna; lo lógico es que también cayera en la traición, aunque fuera de forma formal al conceder una situación de igualdad en el trato, que es tanto como un reconocimiento de cesión de soberanía.
Este es el charco en que el Presidente del Consejo de Ministros (o Ministras, que son más) del Reino de España, Sr. Sánchez, ha caído. Y como ese charco está lleno de barro traidor a España, se ha puesto hasta las cejas de él. ¡A ver como se limpia ahora!
Lo peor del Presidente que ahora 'nos desgobierna' no es que sea de izquierdas, ni sus gestos chulescos o sus exigencias de caradura y su deprecio manifiesto a España y los españoles. Porque, Sr. Sánchez, si usted insulta a un partido político reconocido, cualquiera que sea, insulta a sus votantes. Lo peor es su manifiesta incompetencia en el cargo que ocupa, y la falta de inteligencia que demuestra como político.
Y encima está muy mal asesorado. Claro que tiene todas las características de no querer a nadie a su lado que valga más que usted. Bien, todavía puede enmendar el tema del mediador, relator…o lo que queramos llamarlo.
Veamos: usted es el presidente del Gobierno de la nación y el presidente de la Generalidad, es el jefe de gobierno de una región autónoma. En consecuencia es subordinado suyo. Lo mismo que le ha dado autoridad, se la puede quitar con la Constitución en la mano con solo aplicarla. Consulte a su asesor o asesores.
Que ese gobierno subsidiario quiere unas conversaciones para exponer sus ideas o ambiciones. Pues estupendo démosle el mediador, relator, árbitro…o como queramos llamarlo: lo tenemos también establecido en la Constitución para supuestos en los que se produzcan diferencias entre instituciones:
Título II.- De La Corona
Art. 56
1. El Rey es el jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento de las instituciones….
Por supuesto Sr. Sánchez no puede ni siquiera sentarse con la agenda de los 21 puntos propuestos por la Generalidad. En ese momento se les puede acusar a todos por Conspiración contra la seguridad del Estado y rebelión contra el mismo.
El solo hecho de admitir uno de los puntos, ya le pone en esa situación a usted y los suyos, y se convierte en objeto de que se le aplique el Art. 102 de la Constitución. No le extrañe que le llamen felón, traidor o cualquier otra cosa.
Lo mejor que puede hacer, en mi opinión, es retirar lo de la mediación y si no aprueba los presupuestos: convoque elecciones, como prometió en el Parlamento al activar la moción de censura.
A propósito, y esto va por los “catalanes” y para La Generalidad. Las instituciones catalanas no son soberanas, son subsidiarias. Cómo lo son todas las de las regiones autónomas que conforman la única soberanía que es la de la nación Española. Como lo son los Estatutos, que emanan de la Constitución Española.