Sr. Director:

Veinte años después de la visita de Juan Pablo II, Francisco emprendía un viaje a Rumanía, país de mayoría ortodoxa pero con una importante comunidad católica. El Papa destacaba en un videomensaje a los rumanos el llamado “ecumenismo de la sangre”, la persecución que sufrieron durante la época soviética, sin distinción, cristianos de una y otra confesión. Otro elemento que facilita el acercamiento es la profunda religiosidad popular de los rumanos, algo especialmente palpable en la devoción a la Virgen que comparten ortodoxos, católicos e incluso evangélicos y calvinistas. Especialmente la región de Transilvania se caracteriza por esa armonía en una diversidad que tiene carácter religioso pero también étnico, con importantes minorías de origen húngaro o alemán.