Sr. Director:

Vivimos un momento de acusada anormalidad (casi tanta como la que padece nuestro presidente del gobierno) con abundancia de protestas, manifestaciones, huelgas, abucheos, etc. Esto no ocurría nunca si gobernaba la izquierda en el país, ya que los impulsores de esos movimientos se sitúan en ese mismo lado del arco político y no acostumbran a tirar piedras en su propio tejado. Pero nuestro panorama futuro es tan grave y la ineptitud del que debe dar solución es tan acusada que todos los gremios laborales (obreros de la industria, del campo, transportes, funcionarios, fuerzas de seguridad, etc.), están tan hartos de la inutilidad de fray Mentiras, que no tienen más remedio que lanzar esas piedras aunque les perjudique ideológicamente. Cuando esto mismo, aunque en menor escala, le ocurría a Zapatero, le dijimos “zapatero a tus zapatos”, se fue a sus zapatos, es decir a defender al dictador Maduro; pero a este pobre ¿a dónde le mandamos, si no sabe ni hacer una tesis doctoral, que se la tuvieron que hacer y además plagiada?

Pero eso sí, este señor dirigirá nuestras vidas, incluso la sexual, obligándonos a actuar según sus pérfidas ideas, manipulando nuestras mentes y, lo que es peor, la de nuestros hijos, metiéndose hasta en nuestras camas, estemos solos o acompañados, para encauzar nuestra conducta y que se adapte a sus obsesivas intenciones.

Rememoró los odios y rencores de aquella terrible guerra civil de hace más de 80 años que todos los españoles de bien prometimos olvidar en la transición, a la que quiere poner fin, y no se siente a gusto viéndonos avenidos pacíficamente y no enfrentados. Por eso el señor Sánchez quiere destruir el símbolo de la reconciliación entre todos nosotros, como es el monumento del Valle de los Caídos.

El gran matemático Al-Juarismi decía respecto a la valoración del ser humano: si tiene ética, su valor es 1, si además es inteligente se le añade un 0 y valdrá 10, si además es rico ponga otro 0 y valdrá 100 y si además es bella persona añada otro 0 y entonces valdrá 1000, pero si pierde el 1 que corresponde a la ética, perderá todo su valor pues solo quedarán los ceros. Sin valores éticos ni principios sólidos no quedará nada, solamente delincuentes, corruptos y malas personas. ¿Dónde crees que encaja Pedro Sánchez?