Sr. Director:
Puede parecer un poco extraño relacionar la poesía del polaco Adam Zagajewski (Premio Princesa de Asturias) con la de su compatriota Wojtyla, pero no lo es porque además estar muy unidos por Cracovia, una de las ciudades más emblemáticas de Polonia por su gran tradición poética y filosófica.
Están unidos por un contexto socio político marcado por la terrible dictadura comunista, que los unió para tomar una postura decidida por la poesía como arma segura para derrotarla, lo que supuso para el poeta la persecución, el exilio y la censura más radical.
El Papa sufrió en sus propias carnes los dos sistemas más crueles que ha padecido Europa: el nazismo y el comunismo. Zagajewski nació (1945) después de la segunda Guerra y en plena guerra fría y dictadura del proletariado a la que el Papa comenzó a derrotar concienciando a los trabajadores gracias al Sindicato Solidaridad de Lech Walesa.
Fue en Cracovia donde estudiaron (ambos) Filología Polaca y Filosofía. El Papa durante los tiempos del nazismo y el poeta en los del comunismo hasta su exilio. Siendo estudiante de 2º curso de Filología afirmaba el joven Wojtyla sobre la situación de Polonia durante la ocupación nazi: no veía una Polonia llena de romanticismo y justicia, sino torturada y encarcelada.
Los compañeros sabían que escribía poesía, que era un idealista de opiniones progresistas, casia radical, a quien los compañeros apodaban cariñosamente “el socialista”. Los versos escritos en la juventud sirvieron al futuro Papa hoy San Juan Pablo II como una especie de entrenamiento lingüístico y literario, lo que reflejó con los años en la fuerza de su arte poético Salterio Renacentista o Libro Eslavo. Incluso siendo Papa mezclaba la poesía con la filosofía e invitaba a la reflexión sobre el ser humano y la realidad cotidiana
Lo poesía de Adam Zajagewski en un principio huyó de lo fantástico. Y se centró en desvelar las mentiras de la propaganda del régimen comunista. Fue la poesía, como diría más tarde, la que mató al comunismo. Porque el poeta debe hablar de la verdad, y para él el régimen comunista fue una gran mentira.
Es un hijo de la guerra, pues nació en 1945. La misma guerra que sufrió en sus propias carnes el Papa San Juan Pablo II, Y como él fue en Cracovia, la ciudad de los poetas y de filósofos, donde conoció el ser de Polonia su literatura, y su historia y donde se fraguó su rebelión anticomunista. Para Adam la poesía o es verdad o no es, porque es una forma artística que debe enfrentarse a los cínicos y escépticos.
Es poeta-filósofo que se mueve a gusto entre la transcendencia y la religiosidad, como se desprende de lo que él desea suene en su funeral el: “Señor ten piedad de mí” de la Pasión según San Mateo de Bach. Que según su propio testimonio es la esencia de Europa por eso es un convencido europeísta, por eso optó por el exilio en varias patrias literarias.