El Senado va a destinar hasta 756.000 euros para contratar servicios de traducción al castellano para intervenciones de sus señorías en euskera, catalán, gallego y valenciano. 

Y cuando se aprobó el uso de las lenguas cooficiales también en el Congreso  -otro pago de Pedro Sánchez a los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos para conseguir sus intereses, como la aprobación de la composición de la mesa del Congreso dominada por el PSOE, en la persona de la socialista Francina Armengol- se calculó que el gasto para traducciones rondaría los 280.000 euros...  

Puede sonar demagógico, pero destinar más de un millón de euros a un servicio del que se podría prescindir sin problemas, pues todas sus señorías diputados y senadores saben hablar perfectamente español, es un lujo que a muchos ciudadanos les puede incluso enfadar. Por ejemplo, a los enfermos de ELA, que necesitan unos 40.000 euros al año para poder ser atendidos dignamente en sus domicilios...