Si uno escucha a Lorenzo Mila daría la impresión de que el Papa Francisco (en la imagen) concelebró la Eucaristía con los luteranos suecos. Pero eso no es un problema del Papa Francisco sino de Lorenzo Milá, cuyos conocimientos teológicos son muy parecidos a los Barack Obama, fiado a  su reverendo favorito, Jeremías Wright, el de los marines genocidas. Concelebrar la eucaristía con los luteranos hubiera sido una aberración, entre otras cosas porque los luteranos no creen en la transustanciación. Lo que Francisco ofició fue una eucaristía católica y actos litúrgicos donde estaban presentes luteranos. Es decir, hizo lo que tenía que hacer. Otra cosa es que el Papa Francisco tendiera la mano a los protestantes e incluso pidiera perdón por la mala leche de algunos católicos -que también lo ha habido, como no podía ser de otra forma- contra los luteranos. Pero no les hagamos el juego a los progres arremetiendo contra Francisco. Hispanidad redaccion@hispanidad.com