Greta y Tokata 'ojos de acero'
Greta Thunberg pasea su cruzada contra el cambio climático por todo el mundo -mismamente como Willy Fog-. Ahora ha hecho escala en Dakota, EE.UU. Los indios Sioux necesitan su ayuda. Y Greta no se lo ha pensado dos veces. No sabemos si se habrá utilizado otra vez el yate de competición de Andrea Casiraghi o el Tesla Model 3 que le ha conseguido su amigo Arnold Schwarzenegger (Greta es una chica de recursos).
El caso es que los Sioux no tienen nada que temer, la defensora del planeta se ha unido a la activista indígena, Tokata 'ojos de acero', -de la tribu Sioux, no confundir con los apaches- más conocida como la 'defensora del agua', en contra de los planes de las autoridades para duplicar el flujo de petróleo a través de un nuevo oleoducto, el Keystone XL, que atravesará la región de norte a sur.
Como los grandes artistas, cantantes y demás estrellas del mundo mundial Greta genera admiración y odio a partes iguales. Entre sus detractores, quienes la acusan de ser un producto prefabricado y una "niña rica", el primero de ellos Donald Trump con sus tuits irónicos. "Parece una joven muy feliz con un futuro brillante y maravilloso por delante", publicaba el presidente.
She seems like a very happy young girl looking forward to a bright and wonderful future. So nice to see! https://t.co/1tQG6QcVKO
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 24, 2019
Y en Roma, este lunes ha aparecido un muñeco con el rostro de la joven activista por el clima Greta Thunberg colgando de un puente de la ciudad, con el cartel Greta is your god ('Greta es tu dios'). Para la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, ha manifestado su "solidaridad" con la familia de la joven y ha calificado el maniquí de "vergonzoso".
Vergognoso il manichino di @GretaThunberg ritrovato appeso a un ponte nella nostra città. A lei e alla sua famiglia la mia solidarietà e quella di tutta @Roma. Il nostro impegno sul clima non si ferma. pic.twitter.com/YXMXMJDA3D
— Virginia Raggi (@virginiaraggi) October 7, 2019
Mientras, en España, los seguidores de su lucha contra el cambio climático han protagonizado una sentada en el madrileño Paseo de la Castellana. Qué inconscientes, no se han dado cuenta de que provocando atascos en el tráfico aumenta la emisión de gases contaminantes. Si es que tanta protesta provoca estrés y uno ya ni se acuerda de por qué se manifestaba.
Eso sí, estos chicos destacan que su acción es «pacífica, reivindicativa, festiva, intergeneracional, apartidista y diversa». La iniciativa está apoyada por 2020 Rebelión por el Clima y Extinction Rebellion Spain.