El caso de la salvadoreña Evelyn Hernández tiene todos los ingredientes: joven que quedó embarazada tras ser víctima de una violación, en un país retrógrado donde no está despenalizado el aborto en ninguna de sus acepciones. La Fiscalía pedía para ella 40 años de prisión, algo inaceptable en pleno siglo XXI.

Evelyn, tras dar a luz en su casa, fue trasladada por un familiar al hospital, donde fue denunciadas por el médico que la atendió. Había algo raro que hacía sospechar que el bebé no había muerto por causas naturales. Pero eso no lo sabemos.

Lo que sí sabemos es lo que ha dicho el juez José Virgilio Jurado Martínez, que ha absuelto a Hernández. “Sufrió un parto complicado, como el de muchas de las mujeres que aún están presas por el delito de homicidio”. ¡Toma ya! Al juez solo le ha faltado gritar ¡aborto libre, ya! Y el lobby pro aborto no ha tardado en utilizar todos los resortes mediáticos con el fin de promover la legalización del aborto en todos los países que aún respetan la vida de los más indefensos, los no nacidos. Y de paso, atacar a la Iglesia católica.

Y no cesarán hasta conseguirlo. Evelyn les importa un bledo, lo que quieren es instaurar la cultura de la muerte.