Dicen que es un progre, pero no lo parece. Al menos, no lo pareció durante el funeral por las víctimas de los atentados en Barcelona y Cambrils, celebrado en Barcelona y oficiado por el cardenal Juan José Omella.
Mientras la CUP se niega a ir a la manifestación porque va el rey FelipeVI que financia el terrorismo islamista (y fascista, miren por donde), el obispo Omella asegura que "la unión nos hace fuertes, la división nos corroe y destruye".
Y Puigdemont, su consejero de Interior y el jefe de los Mossos convocarían a la prensa extranjera bajo una única bandera: la de la Generalitat. Ya saben: el enemigo no es el islam: es España.
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