Los minutos de silencio en homenaje por las víctimas o simplemente como muestra de condolencia por un muerto tiene un origen masónico. El sábado 11-M los católicos no guardamos un minuto de silencio: rezamos por las víctimas y por sus familias. Rezamos también, por los asesinos (Dios sí sabe quiénes fueron), porque la oración no es silencio, es diálogo con Cristo. Hispanidad redaccion@hispanidad.com