No me gusta que el escenario haya sido la Arabia Saudí del miserable de Ben Salman. No me gusta que la condición de Estados Unidos  -aunque tenga razones para ello- sea una contrapartida económica, no me gusta que Europa haya quedado al margen, aunque a veces pienso que se lo merece, por cegata... pero si me gusta el alto el fuego conseguido por norteamericanos y ucranianos en Arabia Saudí.

Ahora resulta que los líderes europeos aplauden el alto el fuego de Trump... ¿y por qué no lo intentaron ellos en tres añso de guerra? Ni Joe Biden, ni los Macron, Scholz, Starmer o Sánchez intentaron sentarse a negociar con Rusia y calificaron de ultras y pro-Putin a quienes se lo plantearon, aunque fuera a título de hipótesis. 

Todo ello cuando, como ya hemos dicho en Hispanidad, Putin tuviera razones para invadir Ucrania aunque, como agresor, carezca de toda razón.  

¿Y el alabado Zelenski? Todavía recuerdo cuando el Papa Francisco propuso dialogar para obtener un alto el fuego. Volodímir le puso como no digan dueñas: era un traidor. Pero claro, es que el Papa no tiene ejército y Donald Trump sí.

En cualquier caso, ahora Vladimir Putin debería responder positivamente, a pesar de que mientras se hablaba en Arabia, Kiev lanzaba su mayor ataque con drones asesinos contra la población civil rusa. Negociar es perdonar pero, al parecer, también aprovechar el momento.

En cualquier caso, lo más gracioso es que haya líderes europeos que ahora aprueban el preacuerdo se paz, el alto el fuego. Porque la paz la ha intentado, mal o bien, el malvado Trump, no la "Europa de los valores".   

Si Putin es inteligente, aceptará continuar, aunque Zelensky siga enviando drones contra la población civil rusa. Por ahora, todo pende de un hilo y la marcha atrás es más que posible

E insisto: la paz en Ucrania sólo debe ser el principio. El objetivo final es atraer a Rusia y a Putin hacia Europa y hacia Occidente, del que nunca debió salir. Y ahí tienen un frente común entre Moscú, Washington y Bruselas: acabar con el fanatismo islámico que se acaba de instalar en Siria. Sí, por la fuerza, que es la única manera de expulsar al fundamentalismo asesino que derrocó a Bashar Al-Asad, ese feroz dictador que defendía a la libertad religiosa y con el que los cristianos se sentían protegidos: ahora son asesinados.