Llega otra vez la pelmada del 8-M, convertido con Pedro Sánchez en el mayor festival de propaganda feminista y en un concurso por ver quién es más feminista y más feministo. Con todos los tópicos habituales: igualdad de los desiguales tópico como el que asegura que todo en la mujer es bueno y todo en el varón es malo, una simplonería que parece mentira acepten tantas mujeres presuntamente inteligentes. A esto añadan la tendencia a aceptar los problemas más estúpidos que lanza el poder, por ejemplo, esa de ola reaccionaria que nos invade o el espantajo de la ultraderecha machista, homófoba, xenófoba y, probablemente, socia del Real Madrid.
Eso, sí, se percibe una cierta preocupación entre la cla del poder ante la constatación -¡Ay dolor!- de que algunos -todos ellos fascistas, por supuesto- empiezan a preguntarse si el feminismo no se ha vuelto demasiado radical y si no es el varón quien empieza a estar marginado. Qué raro, ¿verdad? ¿Cómo puede alguien pensar algo así?
Pues bien habrá que volver a las verdades primeras: si el feminismo no es lesbianismo lo cierto es que tiende a él. Además, el feminismo ha provocado una aversión al varón por el hecho de ser varón, como no recuerdo en ningún otro ciclo histórico moderno.
En suma, el feminismo actual recuerda aquella solemne afirmación del humorista británico P. G. Wodehouse: "La felicidad de un hombre estriba en lo que pueda alejarse de las mujeres". Una ironía, sí, pero lo cierto es que a costa de la pelmada feminista, estamos llegando a esa situación.
Ahora bien, mucho más grave que la tendencia al lesbianismo es que el feminismo es la cuna del anti-natalismo, incluso de la aversión a la maternidad, considerada por muchas militantes poco menos que el refugio de las idiotas. Y claro, si no hay maternidad la raza humana verá comprometida su continuidad sobre la faz de la tierra.
Y no, no hay feminismo bueno. Al igual que no hay machismo bueno. La historia siempre ha consistido en una formidable colaboración ente ambos sexos.
Por cierto, ¿cuándo se darán por contentas las feministas acerca de la igualdad entre hombres y mujeres? La respuesta es nunca. Entre otras cosas porque, afortunadamente para hombres y mujeres, los dos sexos son muy distintos y en lo único que se parecen es en que ambos posean la excelsa dignidad de ser hijos de Dios, dotados de inteligencia y libertad.
No, no hay feminismo bueno. Al igual que no hay machismo bueno.