La política y la economía española están paralizadas, pendientes de si Zapatero se presenta o no a un tercer mandato. No, no se va a presentar, pero su sucesión enfrenta a felipistas y zapatistas en lo que parece un callejón sin salida.
Decíamos ayer que Rubalcaba, el hombre del Felipismo, exigía a Zapatero que dimitiera y le cediera la Presidencia del Gobierno. De este modo contaría con un año largo para hacerse con el control del Gobierno y partido, darle la vuelta a las encuestas y ganar en 2012. Es decir, en ningún caso quieren González y Rubalcaba que ZP adelante elecciones sino que ceda su cargo. El actual vicepresidente sería investido con la misma mayoría que aprobó los Presupuestos Generales del Estado. Además, aseguran fuentes de la conspiración, que Zapatero podría marcharse como el hombre que sacrificó su cargo para ejecutar unas reformas económicas imprescindibles.
Sólo que ZP no está por la labor. Si González lleva amenazándole con exigir primarias en el partido, ahora es él quien las propone: sí, me marcho, pero plantearé unas primarias en el partido, probablemente en Semana Santa, y no me presentaré a las mismas. Se presentará Carme Chacón, ministra de Defensa, y ministra catalana, que ha salido indemne de la derrota en Cataluña.
Don Alfredo considera que eso es condenar al PSOE a la oposición, dado que ZP está quemado ante el electorado y su pretensión ahonda en la división interna en el partido. Y la opción de Chacón no es moco de pavo. Cuenta con el aparato mediático que le ofrece una televisión en su mayor parte al servicio del zapaterismo: RTVE, Tele 5 y, sobre todo, Mediapro-La Sexta, apoyarían con entusiasmo la opción Chacón. Por contra, Rubalcaba sólo contaría con PRISA, en lo que puede ser su último servicio a la causa felipista.
También le apoyaría Fernández de la Vega, condenada ahora a las tinieblas exteriores por presiones del felipismo, y su sucesora al frente del lobby feminista del PSOE a cuyo frente sustituyó la titular de Sanidad, Leire Pajín. Las feministas saben que sus majaderías no serían posibles con un Rubalcaba o, al menos, tendrían que hacer más razonables sus demandas.
En algo tiene razón Felipe González: si ZP continúa hasta el final de la legislatura, el PSOE lo tiene crudo en las urnas.
Eulogio López
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