Zapatero tiene una extraña capacidad de resurrección. Cuando parece muerto, se saca un conejo de la chistera y reaparece a la escena pública con enorme habilidad. Antes de que acabe el año tiene previstas dos actuaciones estelares. Por una parte, la presentación del informe económico. Será este jueves y pretende transformar las malas noticias en oportunidades. Todo un optimista antropológico.
Por otra parte, probablemente comparezca ante los medios tras el Consejo de Ministros del próximo 30 de diciembre. Se trata de su comparecencia semestral en la que trata de lanzar mensajes, fijar agenda y hacer balance. Avalará los éxitos en la lucha terrorista, se colocará medallas de protección social y apuntará suavemente los retos económicos para el año que viene. Se trata de toda una estrategia de resurrección en un momento en el que las encuestas no le son favorables. La crisis económica se ha cebado sobre la intención electoral. Los proyectos ideológicos como el del aborto sin causa también erosionan su imagen. Lo dice hasta la revista de Adolfo Guerra, Temas: estaría cinco puntos por debajo del PP. Así que le toca arriesgar.
El PP, por su parte, se encuentra en una posición conservadora. Si la batalla política fuera una partida de siete y media, el PP se quedaría plantado con un cinco. No es un buen resultado, pero ofrece muchas garantías de ganar. Pedir más cartas supone asumir riesgos de pasarse. Ese es el PP de Rajoy.
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15/12/24 07:00