A Zapatero y especialmente a sus dos responsables de imagen, el secretario de Estado Miguel Barroso, y el portavoz parlamentario Alfredo Pérez Rubalcaba que por una vez se han puesto de acuerdo en algo- les preocupa el grupo Vocento, propietario del ABC y de la cadena de periódicos regionales más importante de España.
Vocento se enfadó mucho cuando el Gobierno anunció que iba a conceder a Canal Plus, de Jesús Polanco, la emisión en abierto, y solicitó el segundo canal de RTVE. José María Bergareche, primer ejecutivo de Vocento, llegó a amenazar a Zapatero con una fuerte contestación social. El Gobierno respondió a los editores privados prometiendo que se pondría en marcha un canal más, que se sumaría a Tele 5, A-3 TV y Canal Plus.
Pero eso no le gustaba a Vocento. Santiago de Ybarra, presidente del grupo, aclaraba por entonces a Hispanidad.com que un canal nuevo, en abierto, generalista, no era viable en este momento. Por tanto, Zapatero, para entretener a Vocento, ha decidido presionar a Berlusconi para que abandone Tele 5. Eso sí, no sabemos que le puede haber ofrecido a cambio.
Tele 5, cuyo primer ejecutivo es Paolo Vasile, que ya tiene preparadas las maletas para regresar a Italia, es el canal más visto de España. Ahora bien, es un éxito de programación la más frívola de todas, dicho sea de paso-, pero sus informativos tienen menos influencia que los de la TV pública y que los de A-3 TV. En definitiva, lo que Berlusconi aceptaría sería una vuelta a la situación anterior, cuando Vocento y Mediaset se repartían el poder en el canal: en los informativos mandaba Vocento y en el resto, incluida la gestión publicitaria, Mediaset.
Actualmente, los italianos poseen un 50,1% del capital, por un 13% Vocento y el resto flotando en bolsa. Se trataría d que, al menos, Vocento igualara el porcentaje de Berlusconi y ambos grupos firmaran un acuerdo para repartirse el poder. Es más, desde Vocento estarían de acuerdo en mantener el actual accionariado, siempre que controlen realmente los informativos.
El Gobierno Zapatero está haciendo todos los esfuerzos posibles para que se firme el acuerdo, para contentar a Vocento y para expulsar a Paolo Vasile, a quien Zapatero, un personaje filofóbico, considera un enemigo personal.
Así, piensan en Moncloa, y en Ferraz, Vocento clamaría sus impulsos antigubernamentales. A fin de cuentas, siempre ha sido un grupo plural y tolerante.
Pero queda El Mundo. El terremoto accionarial que vive Rizzolli (RCS), propietario de El Mundo, desde que el joven empresario inmobiliario italiano Stefano Ricucci comprara un 18% (podría haber llegado ya al 20%) ha puesto contra las cuerdas a Pedro J. Ramírez. Ricucci (quien, por cierto, también figura en el contrapacto que trata de evitar que el BBVA se haga con la BNL).
Ricucci es otro de los empresarios italianos que gusta de salir en las revistas rosa, que en julio contraerá matrimonio con la actriz Anna Falchi y, desde luego, no tiene el compromiso alguno con Pedro J. Ramírez. Es más, el dueño de Magiste Internacional, ya ha advertido que podría lanzar una OPA sobre RCS y que no le temblarán las manos para hacer cambios en la empresa y en sus filiales internacionales. Quizás por ello, Ramírez publicaba le jueves 16 un editorial en su diario exigiendo a Zapatero que le entregue un canal analógico a su opción, Veo TV. Se trata de enfatizar ante los italianos su poder en España, aunque todo el mundo sabe que el tal canal estaría condenado al fracaso.
A fin de cuentas, con un canal desde cero, sólo se han atrevido Zeta y Mediapro, con la idea clara de crear un canal temático.