Sr. Director:
Con respecto a lo que ustedes manifiestan sobre la Junta General de Accionistas del Banco Santander celebrada en junio, he de decir, que en ningún momento mi intención ha sido faltar al respeto de ningún fallecido, ni mucho menos al Sr. Pérez Escolar, al que en anteriores juntas le he deseado que viviera muchos años para terminar de pagar las deudas contraídas.

A ustedes, mi pregunta les ha parecido pagada y de muy mal gusto.

Pues bien, a mi nadie me paga para asistir a la Junta, ni me dan nada por preguntar lo que me parece oportuno. Las preguntas que dirijo, las hago como accionista del banco en el que tengo invertidos prácticamente todos mis ahorros, porque acaso si yo mañana dejo a deber dinero a este o a cualquier otro banco, me lo van a perdonar, o por el contrario van a perseguir a toda mi familia hasta que cobren. ¿No conocen a ninguna familia a la que "La Banca" les haya perseguido hasta la saciedad? Yo sí, y lo que pretendo es que ese mismo tratamiento que se tiene con las familias más o menos humildes, o como se dice ahora de clase media, se tenga con todo el mundo, y no que alguien conocido se libre. Solamente recordarles que este es un negocio, y los beneficios al final provienen de una mejor gestión.

Por otro lado me hace gracia ver que ustedes toman una respuesta a una pregunta que yo le hice al Sr. Botín, pero en este caso no me mencionan. Me refiero a qué porcentaje de trabajadores del banco mantiene las acciones. Esta pregunta por mi parte, viene derivada de la efectuada el año anterior, en la que le indicaba que regalar acciones a los trabajadores, me parecía que no era una buena medida, ya que muchos las venderían, y que si se les quería premiar por los 150 años del banco que les dieran una paga extra. El tiempo me da la razón, y sólo la mitad de los trabajadores mantienen las acciones.

No quiero perder más tiempo con esto, ni hacérselo perder a ustedes, simplemente para puntualizar.

José Mª Sevilla

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