"Marca un gol contra la pobreza infantil". "Trabajamos para ganar uno de los partidos más importantes: la lucha contra la pobreza infantil. Apoyamos a las familias y a los más pequeños para romper el círculo de la pobreza que se transmite de padres a hijos. Con la ayuda de todos, hemos devuelto la sonrisa a más de 185.000 niños".
Queda mucho por hacer. En Argentina, según la exploración de Management & Fit, el paro, la carestía y la inflación del dólar angustian a los porteños. A esta realidad se ha sumado una nueva contrariedad: las obstáculos a la hora de comprar dólares es el cobijo de los que logran ahorrar.
Los indigentes, según las encuestas estatales, son 2.600.000 en un país en el que cohexisten 40 millones de aborígenes. En un edificio denominado "El elefante blanco", imagen de la Argentina oculta, se hacinan los argentinos en unas condiciones de vida infrahumanas. En el arrabal de Villa Lugano, en el sur de Buenos Aires, se edificaba el hospital que se proponía ser el más egregio de toda Hispanoamérica. Nunca fue acabada su construcción.
Muchas veces no tienen nada para comer, únicamente lo que descubren en los campos de basura o por la casa de comidas de Graciela, instalada en la misma entrada del "Elefante Blanco".
También están, en ese siniestro enjambre humano, "los muertos vivos". Son los que humean la droga de los menesterosos que acaba envenenando a la mayoría de los adolescentes. Estas migajas de la cocaína es más letal que el "crack".
Por otra parte, la FAO asevera que un tercio de la población global, más de 2.000 millones de seres humanos, soportan privaciones nutricionales rigurosas que alteran su desarrollo corporal y cerebral. De este grupo de habitantes se deduce que cada año fallecen cinco millones de personas. También pronostica que cerca de 20 millones de bebés tienen falta de peso y corren el riesgo de exhalar su último suspiro o de sobrellevar discapacidades severas.
Para Manos Unidas, la carencia de alimentos y la indigencia están conectadas, puesto que no se trata sólo de la falta de viandas o de bienes tangibles, a la privación de ayuda sanitaria y de escolarización.
La comunidad internacional afirma que "la violencia contra la vida de millones de seres humanos, especialmente niños, forzados a la miseria y al hambre, es debido a una inicua distribución de las riquezas entre los pueblos".
"Las personas más desdichadas que he conocido no son las más enfermas, ni las más pobres, ni las más ignorantes, sino las que no sienten amor a Dios y las que no tienen alegría", afirma Teresa de Calcuta.
Clemente Ferrerclementeferrer3@gmail.com