Queda muy poco tiempo para que los sirios que luchan por la libertad sean aplastados por su sanguinario y sicópata opresor.
Que ayudado por el infame veto opuesto en la Organización de las Naciones Unidas por los dos mayores países de Asia, Rusia y China, a la paralización de sus actividades por parte de la OTAN o quien sea, está llevando a cabo la destrucción más despiadada, implacable y carente de toda lógica, no ya motivación, y mucho menos justificación, de su propio pueblo, especialmente los suníes.
En bien de que tales países, a los que supongo firmantes de la Declaración Universal de Derechos Humanos, dada su pertenencia al órgano mundial donde tienen tan inmerecida preponderancia, sean castigados siquiera en parte, rechace todo producto ruso o chino, toda idea de hacer turismo a esos lugares, todo proyecto de inversión en cualquiera de aquellos parajes ajenos a lo que comporta hoy día una civilización que merezca tal nombre.
Alfredo Tomás González Soto