Sr. director: 

Con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Paz y en recuerdo del XL aniversario  de la publicación de la encíclica "Pacem in Terris", del Papa Juan XXIII, su sucesor, Juan Pablo II, ha lanzado un dolorido mensaje a la comunidad internacional. El Papa pide en él "una nueva organización de toda la familia humana". 

Con la consecución de la paz como objetivo fundamental, Juan Pablo II da firmeza a la hora de reprochar a las naciones su olvido del respeto a los derechos humanos y denuncia, al mismo tiempo, la insolidaridad de los países más ricos y de las sociedades "tecnológicamente más avanzadas" hacia las naciones menos desarrolladas, donde aún siguen sin respetarse derechos fundamentales como el "derecho a la alimentación, al agua potable, a la vivienda, a la autodeterminación y a la independencia". 

El mensaje del Santo Padre es absolutamente transparente y meridiano. No olvida el "cáncer" del terrorismo ni el conflicto del Próximo Oriente, pero al mismo tiempo denuncia la injusticia de la guerra preventiva e incide en el papel completamente secundario que juega hoy día la ONU dentro del panorama internacional, convertida en un foro, que la mayoría de las veces no tienes ninguna influencia. 

Probablemente, las palabras del Santo Padre sean una predicación en el desierto, pero Juan Pablo II, en esta ocasión, ejerce, una vez más, con este documento su indiscutible liderazgo e insiste en el eterno menaje de paz y dignidad humana que ha defendido la Iglesia desde su fundación. 

Jesús Domingo Martínez