Según la presidenta de Chile, lo ha hecho para luchar contra la discriminación

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, sigue los mismos pasos que Salvador Allende, aunque eso sí, pasos acomodados la siglo XXI. Allende era un progresista-marxista, mientras Bachellet pertenece al progresismo capitalista. Allende quería eliminar a la Iglesia chilena, mientras Bachellet pretende conquistarla, asimilarla… a costa de tocar las narices al catolicismo chileno, mayoritario en el país.

Por eso, no ha dudado en nombrar a una ministra evangélico disfrazada de cura "capellana" de la Casa de la Moneda, y lo ha hecho para separar "la discriminación", no se sabe si de los evangélicos o de las mujeres.

Ni que decir tiene que Bachellet se declara agnóstica, es decir, que aún se encuentra más lejos del Evangelismo que del catolicismo. Pero, claro, ella sólo lo hace por fastidiar.