Estamos en una sociedad que prescinde de Dios y alaba comportamientos "alegremente transgresores", sin normas y consideraciones morales, lo que lleva al "consumismo y a la desesperanza".
La alternativa que aparece con más claridad es la base de una sociedad que prescinde de Dios y que comprende la realidad como si él no existiera. La moral católica se presenta siempre de manera negativa, como una ley opresora e intransigente de la jerarquía eclesial que los ciudadanos de a pie deben no aceptar. Con esta postura lo que se rechaza es la existencia de una "norma moral objetiva y vinculante".
Lo que me parece criticable es que se utilicen medias verdades, sofismas y señuelos, ya que los partidarios de esta sociedad nunca dicen cuáles son las consecuencias de determinadas opciones morales, las esclavitudes que llevan consigo, la poca consistencia de muchas de sus teorías y prácticas y cómo los dueños del dinero y del poder político pueden llevar a los ciudadanos a un duro sometimiento que está lejos de la libertad que proclaman.
José Morales Martín
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