Si éramos un millón, dos millones, más de dos millones de ciudadanos que nos reunimos en Madrid el día 17 de Octubre, no importa.
Lo importante es que todos los presentes y muchísimos más ausentes que por diversos motivos no nos pudieron acompañar, estábamos de acuerdo en que el Gobierno debe retirar el proyecto de ley sobre el aborto, todos de acuerdo en el reconocimiento de que existe el derecho a la vida -como uno de los fundamentales entre los Derechos Humanos- no el derecho al aborto, en que toda vida vale la pena, en favorecer a la mujer y a la maternidad, etc.
Todo esto en un clima positivo, de alegría, de fiesta, de amistad, de juventud (lo que más se veían eran jóvenes de ambos sexos, pero especialmente femenino), por tanto, de progresismo. Se notaba que todos queremos vivir en una cultura de la vida en contraposición de la cultura de la muerte que nos están imponiendo.
Por cierto, ni un solo insulto oí en las más de dos horas de manifestación, ni durante los comentarios anteriores y posteriores a la manifestación. Tampoco en el autobús en el que viajé. Se palpaba el exquisito respeto a todas las autoridades.
Repito, Sr. Director, pienso que no importa si éramos uno o dos millones, lo que importa es la vida de todos, especialmente la de los más inocentes e indefensos, la de los no nacidos.
Jaume Catalán Díaz
jacatadi@gmail.com