Mujeres Silenciadas repasa la experiencia terapéutica de una doctora especializada en síndrome post-aborto Si comparamos las cifras de abortos registrados de Sanidad con las mujeres que reconocen al CIS haber abortado, la diferencia es de un 70%. Es decir, siete de cada diez mujeres que han abortado lo niegan hasta a un anónimo encuestador. Es el silencio con el que se vive el aborto. Un supuesto derecho que se vive en vergüenza y soledad. Por eso Juan Manuel de Prada sostiene que el Gobierno pretende una especie de absolución laica con la nueva Ley del Aborto.
Ese silencio impide el duelo. Impide llorar la pérdida de su hijo. En cambio, la mujer se autolesiona, sufre pesadillas, deja de reconocerse, pierde la sensación de futuro. Son los síntomas más frecuentes del síndrome post-aborto recogidos en Mujeres silenciadas. Un libro en el que una psicóloga americana especialista en el síndrome post-aborto repasa el drama del aborto partiendo de casos concretos de mujeres que han abortado. Un texto imprescindible para conocer la realidad de los efectos del aborto en las carnes de las mujeres que se han convertido en segundas víctimas. Por cierto, Salgado reconocía siendo ministra de Sanidad que ninguna mujer quiere abortar y que el aborto debía ser la última opción. Conviene tomar nota de por qué y las consecuencias de tales afirmaciones. ¿Más aborto? ¿No sería mejor una mayor protección de la maternidad como se está planteando en Valencia?
Ese silencio impide el duelo. Impide llorar la pérdida de su hijo. En cambio, la mujer se autolesiona, sufre pesadillas, deja de reconocerse, pierde la sensación de futuro. Son los síntomas más frecuentes del síndrome post-aborto recogidos en Mujeres silenciadas. Un libro en el que una psicóloga americana especialista en el síndrome post-aborto repasa el drama del aborto partiendo de casos concretos de mujeres que han abortado. Un texto imprescindible para conocer la realidad de los efectos del aborto en las carnes de las mujeres que se han convertido en segundas víctimas. Por cierto, Salgado reconocía siendo ministra de Sanidad que ninguna mujer quiere abortar y que el aborto debía ser la última opción. Conviene tomar nota de por qué y las consecuencias de tales afirmaciones. ¿Más aborto? ¿No sería mejor una mayor protección de la maternidad como se está planteando en Valencia?