Sr. Director:

La famosa tradición del Corpus Christi toledano ha tenido este año una procesión paralela de mujeres semidesnudas, en un escarnio público de la fe católica a propuesta de su ayuntamiento.

Si la burla a cualquier hombre supone una bajeza moral y denota la malicia de quien la realiza, agraviar al Jesucristo Rey de la bondad y de la mansedumbre que ha paseado literalmente por las calles de Toledo venerado por miles de fieles, detenta el mismo odio de los que le crucificaron pero no pudieron acabar con Él.

El cristianismo siempre se ha movido entre la heroicidad y la persecución; sólo el que ama comprende al Amor, sólo el que odia se hace amigo del enemigo de Dios.

Pili S. Montalbán

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