El eurodiputado Sosa Wagner ha tenido que abandonar su escaño en el Parlamento europeo después de las presiones recibidas por su partido.
Es una importante pérdida para la vida política porque Sosa es un hombre con un buen bagaje intelectual y con espíritu libre. Dos elementos que escasean en nuestra vida pública. El pecado del eurodiputado ha sido proponer que se acelere un acuerdo con Ciudadanos para que cuaje en España una tercera fuerza leal con la Constitución que sea una alternativa a los nacionalistas. La idea es buena. Necesitamos renovar nuestra vida democrática con propuestas solventes. Pero no parece que en UpyD haya suficiente pluralismo como para que una iniciativa de este tipo se debata con serenidad.
La formación magenta apareció con la pretensión de ser un respiro de aire fresco en el panorama de los partidos españoles en el que todo está demasiado fosilizado. Pero parece que a los viejos vicios de la partitocracia se han añadido los nuevos del personalismo. Los resultados de las últimas elecciones muestran hasta qué punto los votantes se han cansado del comportamiento de los partidos políticos tradicionales.
Si nuestra democracia no se abre a la sociedad, cada vez serán más lo que busquen alternativas que en algunos casos pueden no ser muy democráticas.
José Morales Martín