Las reclamaciones del Instituto de Empresa Familiar (IEF) donde se reúnen algunas de las más importantes empresas españolas al presidente del Gobierno tenían toda la lógica del mundo, razón por la cual Zapatero las despreció todas y contestó con las tontunas habituales en él: renovación del modelo productivo y desarrollo de sectores de futuro.

¡Ah!, y que la crisis está tocando fondo. Es muy cierto: como adquiera un ejecutivo bancario la economía española es un submarino que ha tocado fondo. Ya no puede bajar más, sólo que no es paz de elevarse y permanecer en el proceloso fondo marino.

Los empresarios pedían una reducción de las cuotas sociales -ahora, casi en deflación, sería el momento para sustituirlo por un aumento del IVA, y ya veremos cuando Europa proteste-, reducción del número de funcionarios y reducción del impuesto de sociedades.

Sólo una cuestión: no se puede solicitar una rebaja en el impuesto de sociedades para todos. El sistema fiscal progresivo debe aplicarse no sólo al IRPF sino también al impuesto de sociedades: es inadmisible que Telefónica pague el mismo porcentaje de impuestos sobre beneficios que el pescadero de la esquina. Y no paga lo mismo: paga menos, porque siempre consigue reducir la tarifa.

Pero no se preocupen: eran buenas ideas, así que ZP se negó a todas.

Eulogio López

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