En términos generales, lo sostenible implica la obtención de recursos sin dañar el medio, de modo que no se destruya y se pueda seguir obteniendo material y energía para siempre. El presidente del Gobierno defendió este miércoles en el Parlamento su Ley de Economía Sostenible, culminación de este último término como palabra fetiche de la legislatura. Rajoy no apuntaba mal cuando se refería al texto como un cartel luminoso en un solar vacío.
En el fondo, la sostenibilidad implica especialmente el desarrollo de energías renovables. El propio Zapatero reconocía la falta de eficiencia de estos recursos: Hoy nos cuesta más producir un kilovatio con energía renovable que con petróleo, señaló el presidente antes de pronosticar una rentabilidad a medio plazo que nadie es capaz de explicar. A no ser que se refiera a la rentabilidad para los concesionarios.
La triple A, ACS, Abengoa y Acciona aspira a beneficiarse de esta ley, que se desarrollará en este aspecto mediante Fondo para la Economía Sostenible, con un máximo de 20.000 millones en 2010 y 2011.
Como ya es habitual, después de establecer las pautas, Zapatero ofreció un pacto por la Energía. El presidente asegura que estaría dispuesto a revisar sus planteamientos sobre las nucleares, cuya vida útil el anteproyecto fija en 40 años. Zapatero advirtió de que no hay ni capacidad, ni voluntad, ni interés por promover nuevas centrales en España, que sólo podrían existir si hay un enorme apoyo del sector público.