Renace la política Mitterrand-Chirac: colaboración en la lucha contra ETA a cambio de colonización económica de España por Francia. Las empresas galas quieren conquistar el sur. Por cierto, la idea no es francesa, sino de Rubalcaba, pero al Elíseo le encanta. El Gobierno Zapatero se queja a Bruselas por el trato a Telefónica, y a París por el trato a Sacyr: en ningún sitio le hacen caso. Roverato convierte el caso Eiffage en una pugna entre Francia y España, y la CDC habla de patriotismo económico, sin que Sarkozy ni Bruselas le llamen al orden. Curioso: la segunda del mayor enemigo con el que cuenta España en la UE, la comisaria Neelie Kroes, es la española Nadia Calviño, responsable de Fusiones y Adquisiciones. Mientras, Suez no abandona su proyecto para opar a Iberdrola, de la mano de otro español cainita: Florentino Pérez

El cainismo español no es de derechas ni de izquierdas, es global. El pasado miércoles, el ex presidente conservador del Gobierno de España, José María Aznar felicitaba al presidente de Endesa, Manuel Pizarro, por haber defendido a sus accionistas. Desde luego lo ha hecho, en el sentido de que su oposición a la OPA de Gas Natural ha conseguido que los titulares de acciones de Endesa cobren más por sus acciones. Ahora bien, un ex presidente del Gobierno debe pensar algo más que en el accionistas, por ejemplo, debe pensar en el conjunto de los ciudadanos, y lo cierto es que Aznar estaba felicitando a un hombre que siguió el consejo del propio partido derechista español: "Antes un alemán que un catalán"… y se fue a buscar a E.ON.

Cosa que sólo ocurren en la España cainita, donde el presidente actual, de izquierdas, Rodríguez Zapatero, tras intentar un campeón nacional –ahí iba bien- y ante las resistencias de Endesa, para castigar "al fachas de Pizarro"… se fue a buscar a la empresa italiana ENEL, por lo demás pública.

Y así llegamos a los casos Sacyr, Iberdrola y Telefónica. A la operadora le denuncia una filial de France Telecom, precisamente la empresa francesa que fue salvada de la quiebra, contra toda norma y costumbre europeas, por el erario público francés. Ha sido la comisaria europea de la Competencia, Neelie Kroes, la misma que respeta escrupulosamente al monopolio de FT en Francia, quien se ha ensañado con la operadora española… que no hacía otras cosa que aplicar las tarifas que le permitía la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), que ni ha sido escuchada por Bruselas. Por cierto, uno de los tres directores generales de Noelie Kroes –más cainismo- es Nadia Calviño, hija del famoso director general de RTVE con Felipe González y Alfonso Guerra, José María Calviño. Las protestas del Madrid han sido con la boca pequeña y no han servido para nada.

Sacyr. Si hemos de hacer caso a Moncloa, el mismo presidente, Rodríguez Zapatero, habría hablado con el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Moncloa afirma que durante el último Consejo Europeo de Bruselas sobre el bloqueo al que la constructora Eiffage ha sometido a la española Sacyr Vallehermoso, propietaria del 33% del capital de la francesa y sin ninguna presencia en Consejo o equipo directivo. No sólo eso, como publicara en exclusiva Hispanidad, en el caso Sacyr se ha llegado a la corrupción pura y dura: el árbitro de los mercados bursátiles franceses, la AMF, fue presionada por el presidente de la Comisión de Economía francesa para que prohibiera, porque sí, la OPA de Sacyr sobre Eiffage. No sólo eso, el caballero blanco que se buscó Jean François Roverato, presidente de Eiffage, era la entidad financiera pública CDC, quien ha vuelto a hablar de patriotismo económico (no confundir, al parecer, con nacionalismo).

Esas mismas fuentes monclovitas afirman que el propio ZP intervino ante Sarkozy por Sacyr, la igual que el Ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, durante el último Consejo Europeo: no parecen haber tenido mucho éxito.

Por otra parte, nada más ser elegido presidente de Francia, Nicolas Sarkozy reunió a empresarios italianos portugueses y españoles, intentando crear una especie de representación económica del sur de Europa frente a los países (con sus empresas) satélites de Alemania. Los empresarios españoles no hablaron, salvo el presidente del Santander, Emilio Botín, quien no contradijo un ápice las palabras de Sarkozy, pero aprovechó para recordar que el Santander es el séptimo banco del mundo.

En la reunión estaba el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, una verdadera joya en rentabilidad, sometido al cerco francés, de la pública Suez-Gaz de France, y de su accionista privado favorito, el franco-belga Albert Frère. Los franceses sopesan lanzar una OPA sobre Iberdrola, pero no se les ha ocurrido a ellos, sino a otro español cainita: Florentino Pérez, presidente de ACS y enfrentado a Galán, que no le deja controlar Iberdrola con un 8%.

En resumen, lo que está ocurriendo es la resurrección de la política de los presidentes François Mitterrand y Jacques Chirac: etarras a cambio de empresas. Estamos viviendo un puro intercambio de colaboración en la lucha contra ETA por parte de Francia a cambio de colonización económica de España, es decir, que las empresas españolas entren en España mientras se niega la reciprocidad: que las españolas entren en Francia.

Y quizás lo más grave es que la idea del intercambio no proviene, esta vez, del Gobierno francés, como en las décadas de los ochenta y noventa, sino del español. Para ser exactos, del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien se ha propuesto terminar con ETA a cualquier precio. La pregunta, claro está, es por qué hay que darle algo a los franceses, cualquier cosa, a cambio de su colaboración antiterrorista? ¿Es ése el espíritu del a Unión Europea?

La verdad es que Nicolas Sarkozy se burla de ZP: se ha encontrado con un regalo que no esperaba, y piensa utilizarlo a fondo.