Luis del Rivero insiste en que por el momento Sacyr no piensa pasar de 10% de Repsol YPF. Asegura, como argumento que Repsol YPF tiene en sus tripas a Gas Natural, sector regulado y que, por tanto, deberían pedir permiso a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para rebasar esa frontera. Pero lo cierto es que en la petrolera saben que Del Rivero comenzó pidiendo un 20% de la compañía, y que su plan es llegar al 15%. Recuerden que La Caixa sumando las participaciones directas o indirectas, junto a Caixa Catalunya- dispone un 12,5% del capital.
Una gran operación, sin duda, dado que la constructora ha comprado barato y entra en el sector energético, mientras Repsol YPF fortalece su base de capital ante posibles opas hostiles. Naturalmente, Del Rivero dijo lo que tenía que decir, entre otras cosas para no calentar la acción. Además, Rivero ha empleado la misma táctica que en el BBVA: no quiere gestionar, y de la misma forma que cuando atacó al banco ofreció al consejero-delegado, José Ignacio Goirigolzarri, quedarse al frente del equipo gestor, ahora ha advertido que confía en el equipo Antonio Brufau y que, en pocas palabras han llegado a Repsol YPF para aprender.
La técnica de los escudos de ladrillo empieza a cundir. Decíamos ayer que aún quedan dos novios más, FCC y Ferrovial, que pueden aspirar a ser llamados como socios protectores de otras empresas energéticas o de sectores estratégicos cuya españolidad se quiera salvaguardar. Y esta vez Europa poco podrá decir en contra: se trata de mercado.