O acepta la reconversión, y vender todo lo vendible, o se le buscará un sustituto. Los italianos recuerdan al periodista que es el director de El Mundo, no el director editorial ni el consejero delegado. Por de pronto, ya ha perdido su primera batalla: El Mundo cuesta 1,10 euros desde el lunes 22. El grupo del Corriere della Sera, sólo quiere quedarse con Expansión, Marca y El Mundo, pero saneados, porque los tres terminarán 2008 en pérdidas.

El Mundo deberá despedir a más de 200 trabajadores y Expansión comenzará echando a siete personas a primeros de año. Hay que vender las rotativas, cuyo principal comprador podría ser el grupo Gallardo. Asimismo, desde Italia exigen a Galiano que sanee Radio Marca y las licencias de TV: y si no, que las cierre. Ramírez no quiere deshacerse de la radio para poder instalar su cadena con Federico Jiménez, en contra de la COPE
Los tres puntales españoles del grupo editorial italiano Rizzoli-Corriere, es decir, El Mundo, Marca y Expansión, van a cerrar 2008 en pérdidas. Y por ese orden. Esta ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Rizzoli, quien ha ratificado en su cargo a su favorito, el consejero delegado de Unedisa, Antonio Fernández-Galiano, cada vez más alejado de Pedro J. Ramírez, pero siempre con la condición de que aborde un plan de saneamiento en profundidad del Grupo.

Al director de El Mundo se le ha recordado que es eso: un director, no el responsable editorial ni, mucho menos, el CEO. Y ya ha perdido su primera batalla: desde el lunes 22 de diciembre, El Mundo vale 1,10 céntimos en los quioscos, como El País, una subida del 10%, algo que el director de El Mundo advirtió que debería hacerse por encima de mi cadáver.   

Y ojo, porque esta vez los italianos exigen colaboración ante un profundísimo plan de reducción de costes y, por si Pedro José se interpone, ya le están buscando sustituto. Han rechazado la idea inicial de que fuera un italiano, pero tienen preparados algunos nombres españoles. El primero de ellos, el segundo de Pedro José, Casimiro García Abadillo. En principio, el puesto de Ramírez no peligra, pero ahora sabe que no es intocable.

El plan de saneamiento consiste en mantener tres productos básicos, los mencionados tres diarios, pero convenientemente saneados. Por ejemplo, en Expansión el recorte será mínimo porque las pérdidas son mínimas, y comenzará con entre siete y diez periodistas, a primeros de año. Pero no ocurre lo mismo en El Mundo, donde más de 200 trabajadores pueden quedarse en la calle.

Además, El Mundo quiere unirse al acuerdo Prisa-Vocento para crear una plataforma conjunta de distribución de prensa en Madrid.

Y hay más, se venden rotativas, cómo no, al nuevo monopolista de imprentas del mercado español, el grupo del extremeño Alfonso Gallardo.

Y más: Rizzoli quiere que se ponga orden en radio y TV. En TV ya hemos informado de que las cuentas no salen, lo que ha provocado un enfrentamiento agrio entre Pedro J. Ramírez y Melchor Miralles. En Italia piden que se cierren las concesiones, pero se trata de llegar al apagón analógico más o menos vivos. Por ejemplo, con más contratos de alquiler -¿son legales?-, como los que mantienen con Sony o Intereconomía. Éste último le reparta a Unedisa 5 millones de euros al año.

Pedro J. Ramírez también se niega a vender Radio Marca. Son 45 emisoras, aunque la mitad de dudosa legalidad. Pretende con esas emisoras, y otras concesiones propias, formar una cadena de radio lo suficientemente potente como para que su amigo Federico Jiménez Losantos abandone la COPE y crear una nueva cadena de emisoras. Se trata de fastidiar a la COPE y de hacerse un hueco.

En cualquier caso, los italianos están duros: si no hay rentabilidad no nos vale. Ni tan siquiera nos vale Pedro José. Es la crisis de la prensa, ese producto del siglo XX que morirá en el XXI.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com