- El lobby industrial norteamericano, que en España lidera el embajador Alan Solomont, no le perdona que haya introducido a los chinos de Sinopec en Iberoamérica.
- Directamente, Solomont, el embajador más entrometido que ha tenido el Imperio en España, ha pedido el relevo de Antonio Brufau.
- La campaña es difamatoria y acusa al presidente de Repsol de cobrar comisiones en YPF.
- Todo ello con el apoyo de la presidenta argentina Cristina Fernández. La Cámpora necesita justificar la injustificable expropiación de YPF.
No le perdonan que haya introducido a los chinos (en concreto a sus socios en Brasil y Ecuador, Sinopec), en el patio trasero del Imperio, es decir, en Washington. El 'lobby' industrial y petrolero argentino, que en España lidera el embajador USA, Alan Solomont, reprocha al presidente de Repsol, Antonio Brufau (en la imagen), que haya introducido a los chinos en Hispanoamérica.
La campaña, además, es difamatoria. Con material informativo traído desde la Casa Rosada, en Argentina, se llega a hablar de comisiones cobradas por el presidente Brufau en operaciones de Repsol en Iberoamérica.
Naturalmente, La Cámpora, el grupo radical que controla el Cristinismo, liderado por el hijo de la presidenta, Máximo Kirchner, y de donde ha salido el nuevo mandamás de YPF, Axel Kicillof, es quien proporciona las acusaciones a los norteamericanos. Y Solomont, el embajador más entrometido en los asuntos internos españoles, quien tramita las acusaciones.
El Gobierno Rajoy no puede permitirse mandar a freír espárragos al embajador norteamericano, especialmente en la actual situación de debilidad española en el exterior, pero considera falsas las acusaciones y cuenta con Brufau para mantener la españolidad de Repsol, además de mantener el apoyo oficial a las reclamaciones judiciales de Brufau frente a la expropiación de YPF. De hecho, las petroleras norteamericanas, con Exxon a la cabeza, se han negado a entrar en YPF, como les sugiere Buenos Aires, porque no se fían del Cristianismo.
Además, en el Ministerio de Industria están más que cabreados con las presiones de Solomont en defensa de los fondos y bancos de inversión norteamericanos que han financiado la energía solar en España, principal causante del déficit de tarifa (casi 25.000 millones de euros acumulados). Pero el embajador no desiste.
La entrada de Sinopec en Brasil la mano de Repsol, y la más reciente de la misma empresa china en Ecuador, es algo que irrita sobremanera a los norteamericanos. Además, éstos acusan a la petrolera española de hacerse fuerte en Venezuela, una de las cuencas petrolíferas más importantes para el futuro y que el aprendiz de dictador Hugo Chávez utiliza contra Occidente. Y sí, es cierto que las relaciones, al menos por el momento, de Repsol con Venezuela son buenas.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com