El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que la desgravación fiscal por adquisición de vivienda habitual ya ha cumplido su fin y apuesta por su eliminación, en la misma línea de lo defendido por la ministra de Vivienda, Mª Antonia Trujillo. El doctor en Economía debería saber que con el actual nivel de endeudamiento familiar -denunciado un día sí y otro también por el Banco de España- la supresión de esa desgravación dispararía el nivel de morosidad y provocaría una más que probable caída de los precios de las viviendas.
A lo mejor, es eso lo que se quiere. O a lo mejor, Rato quiere enviarle un regalo envenado a Trujillo y Solbes. O tal vez, Rato ha quedado contagiado de la cultura del "judío errante" y defiende el alquiler como "modus vivendi", siempre dispuesto a hacer el atillo y emigrar a mejores lugares. En cualquier caso, se equivoca y se contradice. El primer lugar, porque las deducciones fiscales fueron un "invento" suyo que permitió, junto a los bajos tipos de interés, la emancipación del "baby boom" y empujar el sector constructor y la actividad económica.
Pero es que, además, Rato pretende ir contra una cultura de la propiedad entroncada en la cultura del pueblo español. Juan Nadie quiere tener un techo en propiedad. A lo mejor, el "judío errante" quiere educarnos en las bondades de la mutación permanente. Pero le auguramos el más rotundo de los fracasos. Arrancar la voluntad de propiedad es tan difícil como sustituir a los Reyes Magos por Santa Claus.
A no ser que lo que se pretenda es generar una crisis en el sector inmobiliario que devuelva los precios a niveles razonables. En tal caso, ¿cómo impactará el previsible efecto pobreza?