Es sabido que los políticos actúan a rebufo de los medios de comunicación. Pero la acción-reacción se ha mostrado con especial evidencia este lunes tras las informaciones publicadas por El Mundo. Aunque el presidente del PP, Mariano Rajoy, había decidido mantener una línea de silencio, fue el propio Rajoy quien se lanzó a degüello arrastrando a los demás en esa línea dura.
Yo no lo entiendo, nos habían dicho que estuviéramos callados con el 11-M y hemos salido porque ha salido el mismo Rajoy, señala un diputado popular. Orden y contraorden, desorden. Esta es la situación en la que parece moverse un partido en el que según sus asesores existen demasiadas ideas estratégicas.
Hay quien piensa que el 11-M está vinculado sociológicamente con la guerra de Iraq en el subconsciente colectivo. Y la puta guerra como la calificó Rodrigo Rato es rechazada por el 90% de la población. Hay que hacer como el PSOE con el GAL: pasar de puntillas, señala un asesor popular. Y esa parecía la línea seguida hasta ahora. Pero las cosas han cambiado. Y han cambiado precisamente empujados por un medio de comunicación.
¿El siguiente paso? Dependerá de lo que vayan publicando los periódicos. Así de claro contestan en el PP. ¿Cuarto poder?