Mariano Rajoy quiere a Elvira Rodríguez (en la foto) como ministra de Hacienda. En principio, pensó en ella para gobernadora del Banco de España, un relevo que podría anticiparse a su fin natural, previsto para junio. Pero no.
Desechada la megavicepresidencia económica y de Exteriores, el organigrama se cuartea y pasa de granito compacto a arenisca: la última de Rajoy consiste en separar Economía de Hacienda, un ministerio de ingresos y otro de gastosHacienda englobaría Presupuestos y, ojo, Administraciones Públicas, mientras que Economía aún crecería más, con Industria y Fomento.
El candidato mejor situado es Cristóbal Montoro, pero Josep Piqué se autopostula, con un argumento singular: sería la cuota catalana. ¡Ah! Y el ex ministro de Rato, Juan Costa, también se autopostula para el cargo.
Como ministro de Exteriores, que sobre todo sería ministro de Europa, quedaría Miguel Arias Cañete, el hombre que siempre ha permanecido al lado de Rajoy. Eso sí, el ambicioso Ruiz Gallardón también opta a ese cargo.
En definitiva, tras el autodescarte de Rodrigo Rato Rajoy se olvida de la supervicepresidencia económica y de Exteriores. Se ha centrado en Bankia, donde busca una fusión, y rápida. El actual presidente del BBVA, Francisco González, que pugnaba por el puesto, tiene un problema: no quiere renunciar a su pensión, que ya supera los 90 millones de euros. Para un hombre que ha reducido el valor del BBVA a la mitad y que sería el responsable de ordenar ajustes espartanos a los españoles no parece una buena tarjeta de visita.
Y todo esto significa un montón de cosas. En primer lugar, que Rajoy ha querido mostrar su independencia frente a Berlín, que quería imponer al consejero del BCE, José María González Páramo, así como su primera idea de traer al alguien del mundo de la empresa. No necesita una persona con experiencia en la administración, necesita premiar a los que han permanecido a un lado y han ganado las elecciones y necesita dar primacía a Hacienda, al déficit, esto es, a la mejor experta en Presupuestos que existe en España: Elvira Rodríguez, sólo seguida de cerca por el propio Cristóbal Montoro. Y también necesita un hombre que conozca Europa: ese es Cañete.
El resto de los aspirantes son tentaciones, pero sólo eso. Y el organigrama se simplificaría, por cuanto Fomento ya tiene poco que fomentar y el macroministerio de Industria ha dado poco de sí. Además, será el propio Rajoy quien marque las directrices cuando Economía y Hacienda entren en conflicto... que entrarán.
Eulogio López
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