Rechazó el decálogo contra la corrupción propuesto por el PSOE porque entonces consideraba que no hacía más normas, sino cumplir las existentes 

El líder del PP, Mariano Rajoy, presentó este domingo su programa electoral de cara a las generales. No habló de terrorismo ni de proceso de paz, porque quería que quedase claro su discurso, que no se manchara informativamente su programa. Para algo había atrasado la cita un día, para que no se mezclara con la manifestación que la AVT había convocado el pasado sábado.

Rajoy sorprendió con su propuesta de que los concejales tuvieran que hacer declaración de bienes antes y después de abandonar el mandato. Sorprende porque don Mariano explicó en un reciente desayuno informativo que había rechazado el decálogo contra la corrupción propuesto por los socialistas porque lo que había que hacer no era multiplicar las normas, sino aplicarlas. Pero héte aquí que de cara a las elecciones don Mariano tiene que ‘vender' algo, sobre todo teniendo en cuenta que probablemente el barro le seguirá saltando. Así que se echa mano de la chistera. Y, ¡tachán!: declaración de bienes de los concejales.

Por otra parte, Rajoy centro su propuesta en materia fiscal y social: recorte del IBI al 50% para las rentas más bajas y eliminación del impuesto de sucesiones al tiempo que ofrece 3.000 euros por nacimiento (no los 100 euros del ‘cheque bebé' de la Comunidad de Madrid) y más asistencia a los mayores. ¿Cómo se hace más con menos? Pregunta no respondida. Y le pueden pillar como le pilaron a Ségolène Royal: con la calculadora.

Porque esta estrategia de hacer círculos cuadrados en período electoral no soporta el análisis de la hoja de cálculo. Por lo mismo, tampoco se entiende cómo se puede reforzar el papel de los ayuntamientos y de las CCAA, fortaleciendo al mismo tiempo el Estado. Lo que no se puede, no se puede y además, es imposible, que diría Guerra.