Este fin de semana nos reunimos un grupo de amigos, compañeros que hemos sido de carrera. En ella hablamos de lo que cada uno está haciendo, en que trabaja, -el que trabaja- otros andan haciendo lo que pueden por salir adelante (). Pero la tónica mayoritaria la ganábamos los que a pesar de todo, somos felices.
Cuando nos despedíamos se me acerca una de las chicas que había participado poco, se la veía un poco aislada, y me pregunta: ¿Qué me aconsejas para poder ser feliz?
Buena pregunta, le dije: Mira Toñi -nombre imaginario-, la felicidad ni se compra se vende, como diría la copla. La felicidad la encontramos cuando aceptamos con agrado las contrariedades que se nos presentan, cuando aceptamos un revés económico, -que hoy los tenemos a millares-, cuando hacemos algo por otra persona, como hacer compañía a un enfermo, a una persona mayor, cuando ayudamos a un compañero de trabajo sin que éste lo note, cuando procuramos estar alegres a pesar de tener un dolor físico o psíquico, cuando no nos alteramos en las caravanas que se producen en el tráfico, cuando procuramos aceptar los defectos de las personas con las que convivimos, ver el fracaso como una enseñanza, aprender de los errores, agradecer lo pequeño y grande que tenemos, etc. etc.
¡Vaya si me lo pones difícil! ¿Eso no es buscar la felicidad? Eso es fastidiarte. Les aseguro que me dio pena su respuesta.
Está visto que hoy no queremos sufrir por nada, solo queremos el placer, el bienestar, lo fácil, lo cómodoen definitiva lo que nos venden. Los modelos que nos están dando a los jóvenes están tan faltos de valores humanos y de ética. Así nos va de bien.
Ana Carmen Trujillano
torremalaga85@gmail.com