La presión por inaugurar trayectos antes de las elecciones provoca servicios defectuosos

AVE de las nueve de la noche Málaga-Madrid, domingo 2 de marzo. Importe del billete de ida: 103 euros. Ida y vuelta: 164 euros.

Sin previo aviso se modifica la unidad prevista 102 por otra, 103, que acaba de prestar un servicio. Como resulta que la contrata de limpieza -siempre las contratas- de los 102 no es la misma que la de los 103, pues los pasajeros se suben a un AVE que desborda suciedad y restos del viaje anterior. Faltan vagones, algunos viajeros hacen el viaje de pie, y el cambio de numeración provoca un caos para acceder al presunto asiento de cada cual.

No hay comida para todos y algunos pasajeros de Preferente y Primera se quedan sin cenar. Falta personal, y cuando una muchacha sufre una caída son los propios pasajeros los que acuden en su ayuda. Tampoco hay periódicos, y los propios empleados informan a los viajeros de que en el trayecto Málaga-Madrid falta personal y medios, y que todo se ha traído con mucha improvisación.

Y es que estamos en elecciones.