Sr. Director:
Se observa con estupor la deriva de laicismo selectivo -la católica es la religión a batir- impulsada por el Gobierno y coreada desde el ateísmo más intolerante.

 

El suceso de la profesora de un IES de Granada, obligada por dos compañeros a retirar símbolos religiosos cristianos, no es un hecho aislado, y sorprende más aún  al saber que más del 90 por ciento de los padres del indicado centro han inscrito a sus hijos  en la clase de religión.

El PSOE pretende -tengo la esperanza de que no lo consiga- botar los barcos de las nuevas generaciones totalmente desarbolados, sin palos, sin velas, ni timón ni ancla, porque no otra cosa serán los jóvenes que pasen por nuestras aulas sin haber recibido una formación integral -no sólo la profesional- que les capacite para navegar en su vida tanto con bonanza como en medio de una tempestad. Al propio tiempo vemos que la familia, que hasta hoy ha sido el verdadero puerto de abrigo donde los jóvenes en riesgo de hundimiento  han encontrado sosiego, está siendo torpedeada por la política del Gobierno, que  forma al individuo desprovisto de convicciones y raíces familiares, y en épocas de temporal no tendrá dónde ser acogido.

Amparo Tos Boix