Unas cucharadas de azúcar podrían salvar la vida de los niños con paludismo grave, según un estudio realizado en pacientes de Mali y publicado recientemente. Esta noticia ha sido dada a conocer por la agencia de noticias IRIN (http://www.irinnews.org/).

Sr. Director:

En los casos graves de paludismo, un niño que vomita y no come tiene riesgo de coma y de muerte por hipoglucemia, según Peter Olumese del programa mundial de lucha contra el paludismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La hipoglucemia debe ser tratada rápidamente; al no hacerlo, existe el riesgo de que mate al paciente  más incluso que el mismo paludismo.

En las regiones recónditas donde el paludismo es endémico, y donde no se dispone de personal médico especializado, ni de material de perfusión intravenosa para asegurar una inyección continua de glucosa, las cucharadas de azúcar bajo la lengua para una absorción rápida y vital son un remedio de urgencia « adaptado a los niños », según el estudio, financiado por Suiza y realizado entre 23 niños que sufrían de paludismo grave.

En este estudio, 14 niños con la enfermedad grave han recibido cada 20 minutos azúcar humedecido con agua colocado bajo la lengua, mientras que los otros nueve recibían una inyección de glucosa intravenosa. 

Los investigadores han descubierto que la cucharada de azúcar era tan eficaz como la inyección intravenosa para aumentar el nivel de azúcar en sangre; entre los niños tratados por vía oral, todos salvo uno conseguían un nivel normal de azúcar en 10 minutos.

Pero según Peter  Olumese, de la OMS, si el azúcar puede salvar la vida de los pacientes, puede ser también mortal sin un seguimiento correcto. Ciertos pacientes pueden ver curado su paludismo, pero pueden morir por una mala administración de glucosa.
En ausencia de personal médico cualificado, lo que ocurre a menudo cuando se administra azúcar como remedio, es difícil  saber cuanta glucosa ha sido administrada y  llevar un seguimiento correcto tras la administración de la primera « dosis alta » que permite que el enfermo remonte.

Para el Sr. Olumese, el tratamiento conlleva también otro riesgo: los pacientes comatosos durante las fases graves de paludismo pierden su « reflejo laríngeo », que permite impedir que el azúcar vaya a los pulmones y provoque una infección.

Thomas Bisika, profesor de salud pública en la universidad de Pretoria, cree que este remedio es, a pesar de todo, prometedor, ya que es práctico. En muchos contextos, será el único modo de que los pacientes se curen.

En todo caso, deben realizarse investigaciones antes de poder recomendar el azúcar como norma de tratamiento contra la hipoglucemia. Habría que tener en cuenta la comida de esos niños en el estudio realizado, que podría ser responsable de los resultados.  

Por desgracia los pacientes para realizar estudios no faltan, ya que en  2006, se han contado cerca de 250 millones de casos de paludismo, especialmente en África subsahariana, según la OMS.

Nos encontramos ante un remedio que nos da la esperanza de salvar vidas en situaciones dramáticas, lo que no es poco. Seguiremos atentamente los estudios necesarios para su administración segura.

María Teresa Vaquero

maite_vaq@yahoo.es