Sr. Director:

Cuando aún no se habían acallado los relatos de la silenciosa masacre del aborto que acontece en España, el ministro de Sanidad, Bernat Soria, hizo unas declaraciones que combinan la hipocresía política con la irresponsabilidad social. Afirma eufemísticamente el ministro que el noventa y nueve por ciento de las actuaciones para interrumpir el embarazo están dentro de los límites de la ley y añade que lo ocurrido en ciertas clínicas abortistas es un tema poco frecuente. Concluye que no es frecuente que los médicos objeten contra el aborto, afirmación que además de ser falsa es engañosa.

La realidad no da la razón al ministro, que demuestra una irresponsabilidad política calculada. Si ha fallado la ley de despenalización del aborto, no lo ha hecho tanto en su aplicación como en sus fundamentos: porque una ley, por más que se justifique con argumentos como el conflicto de bienes, no puede amparar el asesinato de una persona. Los obispos españoles, en su Instrucción pastoral sobre "La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad", afirman que "detrás de la legislación vigente, se halla una preferencia por la defensa de los pretendidos derechos de la libertad individual de los votantes, por encima de la vida de los débiles, como los no nacidos". La mentalidad que manifiesta el ministro Soria, es fiel reflejo de una cultura de la muerte, que por desgracia se extiende en nuestra sociedad.

Valentín Abelenda Carrillo

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