Lector diario de Hispanidad desde hace muchos años, he leído con atención su nota sobre Eurovegas.
Como católico me duele que unos capitales tan oscuros se instalen en España y para colmo en los alrededores de Madrid. Siento que la jerarquía eclesiástica no haya publicado algo al respecto cuando aun era posible detener el peligroso negocio.
El juego conduce a veces a la ludopatía, que destroza familias y lleva a quienes incurren en ella a numerosos delitos; en el caso de Eurovegas va acompañado también de la prostitución en gran escala y otros males sociales.
La jerarquía eclesiástica conoce esto mejor que cualquiera de nosotros, porque sus miembros tienen muchas horas de confesonario y saben de su gravedad y consecuencias. Cuando digo jerarquía, digo en primer lugar el cardenal-arzobispo de Madrid; creo que los obispos catalanes hicieron una declaración sobre el tema hace pocos meses, aunque no la he leído.
Armando Rubén Puente