Pero todo esto da igual porque el gran mensaje político de Ezquerra es anti-popular, una "derrota estratégica", que, según su visión, comenzó en el País Vasco el 13 de mayo de 2001. En el fondo, para los militantes de Ezquerra, pactar con ETA "no está tan mal". Sin embargo, pactar con el PP resulta insoportable. Y por eso, atizan en el mismo paquete a los catalanistas de CiU por gobernar Cataluña con apoyo popular y otorgar apoyo a la gobernanza del Gobierno central.

 

Como muestra un botón. El miércoles en el Parlament de Catalunya, el portavoz parlamentario de Esquerra afirmaba que no se podía negociar "ni con ETA ni con la estrategia del PP". Lógicamente, Josep Piqué pidió unas disculpas públicas por equiparar a una banda terrorista con un partido democrático legítimamente elegido. No hubo tales disculpas porque el ideologizado portavoz de Esquerra se reafirmó en que "ETA y la estrategia del PP sirven los mismos fines". ¿Qué pasaría si el PP afirmase que su objetivo político es sacar a los comunistas del poder? Democracia asimétrica.