Este viernes no empezó con muy buen pie para la cantante Isabel Pantoja (en la imagen), que sobre las ocho de la mañana entró en la cárcel de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) para cumplir una condena de dos años por blanqueo de capitales. Así, llegó el temido momento que tanto ha tratado de evitar, pues aseguraba, con bastante chulería, a sus más próximos que había movido los suficientes hilos para no estar entre rejas.
Sin embargo, su entrada en prisión ha sido aplaudida por otros muchos, que están hartos de que los famosos que delinquen se vayan casi siempre de rositas. Lo de Pantoja puede ser una muestra de ejemplaridad con la que lavar la imagen de los tribunales españoles, e incluso de justicia, pues cometió un delito y debe pagar por ello. Pero también puede entrañar una cierta saña o venganza, dado el ambiente de guerracivilismo que hay.
Se puede decir que la finca de Cantora parece más bien la 'casa de los líos, pues sus habitantes no han tenido muy buena suerte en el amor. La historia de Pantoja con el exalcalde de Marbella, Julián Muñoz, ha provocado que esté entre rejas. ¿Por qué se lanzó a blanquear el dinero del consistorio marbellí ¿No era suficiente con lo que ya tenía Quizá ha pecado de avaricia. Claro que a sus hijos, Kiko y Chabelita, sin delitos de por medio, tampoco les ha ido mejor.
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