Sr. Director:

En la antigua unión soviética, o la china de Mao, era el estado el que decidía que hacer con los hijos. Decidía si podía o no tener hijos, a que colegio podían ir. La ideología que podían tener era únicamente la que decidía el estado, el colegio, o el estado decidía que deporte podían practicar y que profesión deberían desempeñar el resto de sus días en función de las necesidades del estado y las capacidades identificadas en el niño.

Afortunadamente, España no se basa en estos principios. Nuestra constitución consagra la libertad del individuo, y la mayoría de los partidos democráticos defienden vivamente esta libertad. Sin embargo, los sistemas educativos que se implantan no lo hacen.

Yo defiendo la libertad, la libertad de hacer crecer a mis hijos con convicciones fuertes y tolerantes. De hacerles entender que hay muchas formas de hacer las cosas y que hay que entenderlas. Y creo que hay formas de educar que apoyan esto.

Por eso quiere ser libre de escoger la educación de mis hijos. Quiero poder apoyar a aquellos esforzados que intentan desarrollar colegios con una aproximación integral a la educación del ser humano. Sin embargo hay otros padres, tan respetables como yo, que creen que la forma correcta de educar es otra, ¿por qué no podemos tener cada una la nuestra?

El cheque escolar lo permite. El cheque escolar permite que mis hijos vayan al colegio que yo elija, sin que me tenga que tocar la lotería. Hoy para hacer eso, hay que ser rico o tener un solo hijo.

No seamos hipócritas, la defensa de la libertad hay que hacerla de forma consecuente. La libertad es para todos y no sólo para los que, por suerte o por desgracia, tienen recursos en exceso.

Y la primera libertad es la de los padres para decidir que educación quieren para sus hijos.

Carlos Garcia Pont

cgarciapont@gmail.com