La Fiscalía General del Estado ha hecho llegar un documento a todos los fiscales en la que se argumenta que los Testigos de Jehová no podrán negarse a que sus hijos menores de edad puedan recibir transfusiones de sangre en situaciones de extrema urgencia por peligrosidad de su vida.
El médico en estos casos podrá intervenir sin tener que acudir al juez.
Una decisión acertada del Ministerio Fiscal que pone en primer término un derecho natural que se encuentra en una dimensión distinta al ámbito de la ley jurídica y de la tradición, el derecho a la salud, a la vida.
Debemos preservar este bien supremo por encima de cualquier otro, y que los jueces, como así lo han establecido, pongan los medios jurídicos a su alcance para llegar a este fin, porque la salud debería ser lo primero tanto para los médicos como para las familias lo que sorprende es que una sociedad no permita que los padres nieguen la transfusión y, en cambio, permita impunemente que puedan matar a los hijos antes de nacer, especialmente si puede tener alguna tara.
Xus D Madrid